He querido tomarme unas
vacaciones en esto de las redes sociales y en la crítica política de los últimos
acontecimientos, pero… va a ser que no.
De las explicaciones de nuestro
Señor presidente, sobre el caso Bárcenas, se me ocurren un sinfín de
improperios que por respeto a vosotros no voy a dejar plasmados. Pero si
quisiera hacer una serie de consideraciones (apretando bien los dientes para
que no se me escape nada ofensivo):
Ha sido una autentica pantomima,
eso sí, con una magnífica escenificación y una ambientación digna de cualquiera
de las 40 grandes salas de la famosa Avenida Ancha (Broadway) de Nueva York (New
York). Veámoslo con un poco de más detalle.
El protagonista:
El Presidente del Gobierno (Interpretado
por Don Mariano Rajoy Brey). Una mediocre interpretación, no ha sido capaz de
entrar en su papel, no sé si el guión no contenía las suficientes notas para el
personaje o no ha sabido estar a la altura de lo que esperábamos los
espectadores. Si es cierto que ha tenido momentos de lucirse, pero le faltó
algo de credibilidad. Cometió algunos errores de novato, exceso del “Tú más”,
leer anotaciones del autor (Fin de la cita) y el pecado mortal del actor,
apelar a interpretaciones anteriores de otros actores en su mismo papel para
excusar sus errores.
El Jefe de la Oposición (Interpretado
por D. Alfredo Perez Rubalcaba). Tampoco convenció a la audiencia. Una
interpretación floja, demasiado floja. Pudo darle más fuerza a su papel si se
hubiese puesto en la piel del público. La verdad es que el rol que se ha creado
con anteriores interpretaciones le ha encasillado y no hacen nada creíble este
nuevo papel. Desde mi modesta opinión, le recomiendo que busque nuevos
registros para poder darles consistencia a futuros personajes.
Actores segundarios y figurantes.
Por lo general sin destacar especialmente ninguno, defendieron sus roles y sus
intervenciones puntuales y con ritmo aun sin merecer mayores reseñas.
Como tónica general he de decir
que se veía claramente la mano de los productores en todo momento. Es más, me
atrevo a afirmar que les preocupaba más la opinión de estos que la del frustrado
público, que albergaba gran esperanza de asistir a un estreno histórico y que
creara escuela. Queda claro que el dinero que nos cobran por asistir a estas
bochornosas funciones es un autentico Timo.
Lo más triste de todo, es que no
salen del anonimato esas compañías conformadas por actores de calado que puedan
dar un giro al mundo de la escena. Nos queda el consuelo del tonto, y es saber
que este mal no solo nos pasa a los españoles, del mismo modo ha llegado a
famosas compañías como las de la Señora Lagarde (Fondo Monetario Internacional),
La del Señor Olli Rehn (Parlamento Europeo) o la del Señor Mario Draghi (Banco
Central Europeo) entre otros y que aun no se han enterado de cuál ha de ser la
honorable fuente de sus ingresos.
Creo que a todos estos les vendría
bien bajar de los escenarios, salir de sus majestuosas salas y pisar las calles
de los barrios en los pueblos de todas las ciudades repartidas por tantos y
tantos países para mamar de las fuentes populares… o por el contrario… “IROS A
MAMARLA”… Perdón, perdón, perdón… lo tenía que decir.
Firmado: Un Reindignado.
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