Todas las sociedades aprendieron a vivir con sus monstruos.
Sobre la doctrina Parot.
Disculpad la maldad: Me gusta ver como esos… ¿Gudaris? reclaman el mismo trato que un delincuente común.
He
de reconocer que como hijo, amigo y familia de Guardias Civiles, me
duele verlos/as en la calle. Del mismo modo que soy capaz de empatizar,
como padre de hijas que soy, con aquellos que vieron a las suyas pasar por
la barbarie de estos sociopatas que en breve quedarán en libertad.
Sé que no existe consuelo para tantos afectados por la crueldad de
aquellos que solo respetan sus fanáticas ideas y sus instintos más
depravados. Pero he de reconocer que el hombre solo es capaz de ser
justo, cuando hacemos lo que estos no son capaces. Hemos de aislar
nuestras ideas, dolor y necesidades para ponernos al servicio de un bien
mayor que es el de la convivencia y la Justicia.
Más para bien que
para mal, estamos en un estado de derecho del que se aprovechan aquellos
que no lo respetan. Pero esto no es motivo para aplicarlo como se nos
antoje o de forma torticera.
En definitiva, si defendemos el Estado
de derecho; hagámoslo conforme a este y demos la bienvenida a la
civilización, a estos ABOMINABLES MONSTRUOS.
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