miércoles, 23 de octubre de 2013

Todas las sociedades aprendieron a vivir con sus monstruos.

Sobre la doctrina Parot. 
Disculpad la maldad: Me gusta ver como esos… ¿Gudaris? reclaman el mismo trato que un delincuente común.
He de reconocer que como hijo, amigo y familia de Guardias Civiles, me duele verlos/as en la calle. Del mismo modo que soy capaz de empatizar, como padre de hijas que soy, con aquellos que vieron a las suyas pasar por la barbarie de estos sociopatas que en breve quedarán en libertad.
Sé que no existe consuelo para tantos afectados por la crueldad de aquellos que solo respetan sus fanáticas ideas y sus instintos más depravados. Pero he de reconocer que el hombre solo es capaz de ser justo, cuando hacemos lo que estos no son capaces. Hemos de aislar nuestras ideas, dolor y necesidades para ponernos al servicio de un bien mayor que es el de la convivencia y la Justicia.

Más para bien que para mal, estamos en un estado de derecho del que se aprovechan aquellos que no lo respetan. Pero esto no es motivo para aplicarlo como se nos antoje o de forma torticera.

En definitiva, si defendemos el Estado de derecho; hagámoslo conforme a este y demos la bienvenida a la civilización, a estos ABOMINABLES MONSTRUOS.

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